Subhira - Travesía

Mundovivo 1999
Detrás de la figura del compositor Joakín Bello, ciertamente como prócer de la new age chilena, surgieron otros músicos inspirados en conceptos como la naturaleza, la introspección y la meditación. Y le dieron continuidad a esta línea estética. Rodrigo Cepeda —más conocido como Subhira (“Coraje” en hindú)—, se transformó de pronto en el nuevo portador de estos conceptos durante los 90 y los 2000, a través de un extenso trabajo creativo y el liderazgo de bandas afines.

Entre 1989 y 1997 encabezó el grupo Equs, conjunto de fusión que integraba guitarras eléctricas del rock, ritmos latinoamericanos abiertos y un fondo sonoro flotante en los términos de la new age a la que Subhira se había adscrito. Por Equs pasaron algunos de sus más importantes colaboradores en el futuro: la cantante Sol Aravena (que luego seguría con el pseudónimo de Muza) y el guitarrista Prahba (Juan Pablo Quezada).

El trabajo solista de Subhira como tal despunta a mediados de los 90, con el inicio del registro de composiciones paralelas, todas acústicas, que se convertirían en el debutante Cahuelmó (1995). Su siguiente trabajo, Cañi (1998), mantenía la línea de composición acústica para ensambles de cámara contemporáneos, sonoridades étnicas disímiles y una orientación medioambientalista e instrospectiva. Él mismo lideró la conformación del sello discográfico Mundovivo, única plataforma para la edición de discos de esta naturaleza: Andrés Condon, Antonio Restucci, Marcelo Aedo y Tomás Thayer grabaron para la etiqueta especialista en música étnica y de fusión.

Además de su profundización como pianista durante esos años, Subhira trabajó con instrumentación de las más diversas tribus repartidas por el mundo. Se transformó en un diestro intérprete del aerófono maorí didgeridoo —como posiblemente el primero que lo incorporó a nuestra música—, el tambor celta bodhran, el tambor medioriental dumbek, el armonio pakistaní y algunos instrumentos mapuches como el trompe y la trutruka. La paleta de colores de su música se triplicó para los siguientes años de creación.

Antes de que en 2000 comenzara la vida del grupo electrónico tribal Transubhiriano compuso Travesía (1999) e ingresó en líneas mucho más oscuras y de tensión que sus antecesores álbumes, manteniendo siempre intacto el carácter musical descriptivo que hizo de Subhira una de las llaves de esta “nueva era”.


Iñigo Díaz

Subhira habla de su disco : "En este disco me di permiso. Permiso de mostrar distintas emociones, estados y evocaciones... de donde vengo, los ritmos e instrumentos que me han influenciado y acompañado en mi historia.Me siento un músico del mundo, de todas las tribus. Esta música viene de ahí, de un espacio de movimiento... de una Travesía."


2 comments:

Curaeus said...

muchas gracias por tu aporte, sólo tengo el CD original Cañi de subhira, ¿podrias aportar con los otros?

SALUD!!!

Entidad Nocturna said...

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