Fulano inventó uno de los sonidos más novedosos escuchados en la tradición de música chilena. Con teclados, percusiones e instrumentos de viento como eje de su lenguaje, el sexteto se puso por encima de categorías, convirtiéndose en una de las propuestas más cercanas a una vanguardia en la escena local de los años '80.
Formada en 1984 por estudiantes de Música del ex Pedagógico de la Universidad de Chile, la banda mantuvo su trabajo por casi veinte años, interrumpió su historia tres veces, y sólo anunció su disolución definitiva tras la muerte de su tecladista y fundador, Jaime Vivanco, en el 2003. Sus discos nunca fueron masivos ni tuvieron éxitos comerciales, pero abrieron caminos insospechados en los sonidos hechos en Chile.
Desde Media Banda
La prehistoria de Fulano fue Media Banda, una agrupación de funcionamiento más bien hippie que crearon en 1979 el saxofonista Cristián Crisosto y el tecladista Jaime Vivanco en la Escuela de Música del Pedagógico. En 1984, cuando Crisosto ya era parte de Santiago del Nuevo Extremo, llevó a Vivanco a la sala donde junto a sus compañeros Jorge Campos y Willy Valenzuela se quedaban ensayando y creando sonidos similares a los que ambos hacían en la Media Banda.
En esas sesiones de ensayo, maratónicas a veces, nació Fulano; no sin antes incorporar la voz de Arlette Jequier y el saxofonista Jaime Vásquez. El sexteto debutó a mediados de 1986 con un recital en el cine Espaciocal, y comenzó a aumentar sus presentaciones en locales como "La Nona Jazz" (del caracol Los Leones) y El Trolley, de calle San Martín, además de facultades universitarias.
Su singular sonido, la versátil voz de Arlette Jequier y el carácer multiinstrumentista de sus compañeros hicieron crecer la propuesta, que en sus comienzos fue catalogada como un derivado del jazz. “Pero ninguno de nosotros estudió ese estilo o se atreve a considerarse un jazzman”, aclaró alguna vez Jaime Vivanco. “Nos veían con esos instrumentos y creían que era jazz, pero nada que ver. Nunca lo fuimos”, complementa Campos.
Santiago del Nuevo Extremo se disolvió en 1986, y Vivanco y Campos se incorporan a Congreso. Fulano, entonces, ingresó a estudio para grabar su primer disco, invitados por el sello Alerce. Aunque no era un disco pop, Fulano (1986) tuvo rápidas ventas, ratificando que la banda, pese a lo extraño de su estilo, había acumulado una importante cantidad de seguidores.
En el bunker fue su álbum de 1989, y el primer disco doble registrado en la historia musical chilena. Se incluían ahí temas más oscuros y agresivos, que conservaban la ya conocida identidad del conjunto. Pese a la popularidad de temas como “Adolfo, Benito, Augusto, Toribio”, las canciones estaban muy lejos de la lógica de singles o videoclips que por entonces ocupaban a sus colegas pop.
Entre pausas
Hubo un silencio subsiguiente. En la historia de Fulano fueron características las pausas periódicas. El infierno de los payasos (1993) fue su último disco con Alerce, y en él las canciones se acercaban más a los parámetros convencionales (con títulos como “Basura” y “Lamentos”, este último con el primer video clip en la historia del conjunto).
Tras una nueva detención, en 1997, en forma independiente y con distribución telefónica, apareció Trabajos inútiles, disco en el que debutó el percusionista Raúl Aliaga (antes en Tri Jazz), en reemplazo de Valenzuela, quien había emigrado a Estados Unidos. Esta grabación retomó la esencia inicial de la banda, que se mantuvo en el ruedo hasta entrado el año 2000, aunque con otro cambio: el saxofonista Rafael Chaparro reemplazó a Jaime Vásquez, quien salió por problemas con sus compañeros.
Trabajos inútiles tuvo distribución en el extranjero, lo que no impidió un nuevo congelamiento de la banda, esta vez por casi tres años y hasta abril del 2003. Entonces oficializaron su regreso, convertidos en un quinteto y anunciando un disco en vivo. Realizaron una gira por Chile y prepararon un documental con su historia, en un ritmo de producción que se vio brutalmente interrumpido el 17 de enero del 2003, cuando el tecladista Jaime Vivanco fue encontrado muerto en su casa de Recoleta.
La banda se tardaría entonces un año exacto en comunicar que su camino se acababa también con la muerte de Vivanco. El lanzamiento de Fulano vivo, su quinto álbum (registrado en conciertos en Santiago y el sur de Chile) fue una suerte de epílogo para sus 18 años de historia. Jorge Campos anunció entonces su tercer disco solista; mientras el matrimonio Crisosto-Jequier resucitó a la Media Banda (cuya ortografía cambió a MediaBanda) junto a un numeroso contingente de jóvenes que incluyen a su hija como segunda vocalista. Fulano se acabó de golpe, dejando para la historia cinco discos de una de las músicas más originales que se han dado en este lado del mundo.
Desde Media Banda
La prehistoria de Fulano fue Media Banda, una agrupación de funcionamiento más bien hippie que crearon en 1979 el saxofonista Cristián Crisosto y el tecladista Jaime Vivanco en la Escuela de Música del Pedagógico. En 1984, cuando Crisosto ya era parte de Santiago del Nuevo Extremo, llevó a Vivanco a la sala donde junto a sus compañeros Jorge Campos y Willy Valenzuela se quedaban ensayando y creando sonidos similares a los que ambos hacían en la Media Banda.
En esas sesiones de ensayo, maratónicas a veces, nació Fulano; no sin antes incorporar la voz de Arlette Jequier y el saxofonista Jaime Vásquez. El sexteto debutó a mediados de 1986 con un recital en el cine Espaciocal, y comenzó a aumentar sus presentaciones en locales como "La Nona Jazz" (del caracol Los Leones) y El Trolley, de calle San Martín, además de facultades universitarias.
Su singular sonido, la versátil voz de Arlette Jequier y el carácer multiinstrumentista de sus compañeros hicieron crecer la propuesta, que en sus comienzos fue catalogada como un derivado del jazz. “Pero ninguno de nosotros estudió ese estilo o se atreve a considerarse un jazzman”, aclaró alguna vez Jaime Vivanco. “Nos veían con esos instrumentos y creían que era jazz, pero nada que ver. Nunca lo fuimos”, complementa Campos.
Santiago del Nuevo Extremo se disolvió en 1986, y Vivanco y Campos se incorporan a Congreso. Fulano, entonces, ingresó a estudio para grabar su primer disco, invitados por el sello Alerce. Aunque no era un disco pop, Fulano (1986) tuvo rápidas ventas, ratificando que la banda, pese a lo extraño de su estilo, había acumulado una importante cantidad de seguidores.
En el bunker fue su álbum de 1989, y el primer disco doble registrado en la historia musical chilena. Se incluían ahí temas más oscuros y agresivos, que conservaban la ya conocida identidad del conjunto. Pese a la popularidad de temas como “Adolfo, Benito, Augusto, Toribio”, las canciones estaban muy lejos de la lógica de singles o videoclips que por entonces ocupaban a sus colegas pop.
Entre pausas
Hubo un silencio subsiguiente. En la historia de Fulano fueron características las pausas periódicas. El infierno de los payasos (1993) fue su último disco con Alerce, y en él las canciones se acercaban más a los parámetros convencionales (con títulos como “Basura” y “Lamentos”, este último con el primer video clip en la historia del conjunto).
Tras una nueva detención, en 1997, en forma independiente y con distribución telefónica, apareció Trabajos inútiles, disco en el que debutó el percusionista Raúl Aliaga (antes en Tri Jazz), en reemplazo de Valenzuela, quien había emigrado a Estados Unidos. Esta grabación retomó la esencia inicial de la banda, que se mantuvo en el ruedo hasta entrado el año 2000, aunque con otro cambio: el saxofonista Rafael Chaparro reemplazó a Jaime Vásquez, quien salió por problemas con sus compañeros.
Trabajos inútiles tuvo distribución en el extranjero, lo que no impidió un nuevo congelamiento de la banda, esta vez por casi tres años y hasta abril del 2003. Entonces oficializaron su regreso, convertidos en un quinteto y anunciando un disco en vivo. Realizaron una gira por Chile y prepararon un documental con su historia, en un ritmo de producción que se vio brutalmente interrumpido el 17 de enero del 2003, cuando el tecladista Jaime Vivanco fue encontrado muerto en su casa de Recoleta.
La banda se tardaría entonces un año exacto en comunicar que su camino se acababa también con la muerte de Vivanco. El lanzamiento de Fulano vivo, su quinto álbum (registrado en conciertos en Santiago y el sur de Chile) fue una suerte de epílogo para sus 18 años de historia. Jorge Campos anunció entonces su tercer disco solista; mientras el matrimonio Crisosto-Jequier resucitó a la Media Banda (cuya ortografía cambió a MediaBanda) junto a un numeroso contingente de jóvenes que incluyen a su hija como segunda vocalista. Fulano se acabó de golpe, dejando para la historia cinco discos de una de las músicas más originales que se han dado en este lado del mundo.
Jorge Leiva.
Músicos de Fulano
Arlette Jequier, voz y clarinete (1984 - 2004).
Cristián Crisosto, saxo (1984 - 2004).
Jaime Vásquez, saxo (1984 - 1999).
Jaime Vivanco, teclados (1984 - 2003).
Jorge Campos, bajo (1984 - 2004).
Willy Valenzuela, batería (1984 - 1996).
Raúl Aliaga, batería (1996 - 2004).
Rafael Chaparro, saxo (1999 - 2004).
Aunque Fulano no cultivaba directamente la Fusión Latinoamericana como tal y más bien se orientaba al mundo de la música experimental, con rock y algo de jazz no podemos dejar de escuchar a esta banda emblematica en la historia de la música chilena. Acá va un compilado de temas varios para que los disfruten.
para bajar : http://rapidshare.com/files/13559812/Fulano.rar.html
1 comment:
Hola, muy buena la informacion de fulano, me entere de cosas que no sabia, es importante que haya gente que esta interesada en difundir grupos nacionales tan buenos.
aparte de lo anterior quería preguntarte acerca de dos temas que venian en la "compilacion" de fulano, uno era "ella" y el otro "malas palabras", creo que estan ahi por error por que yo no los conocia y lo otro es que no suena para nada a fulano, pero luego pense, quisas estan ahi por algo y por eso te consulto.
gracias.
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